MAHÁ CHOHÁN 22
de Agosto de 1954
Mis
hijos benditos:
¡Cuan
preciosas resultan a Mi corazón sus expresiones de amor, las
cuales vienen a Mí en sus epístolas individuales y retornan a
ustedes en el rayo de sus propias dulces energías con Mi
radiación y bendición, no sólo para su victoria final, sino para
su verdadero confort y estímulo! ¿Han pensado que si bien Mi cargo
es el de "Confortador", ustedes, a su vez, constituyen un
"confort" para Mí a través del dulce intercambio que
tenemos unos con otros? Amor es la Vida misma, y todo -—desde la
más pequeña molécula hasta la mismísima Deidad— responde al
Amor. Cuando más Amor se vierte a la vida en general, tanto más
Paz, Armonía y Bendiciones de toda clase se recibe en retorno. No se
cansen del recto actuar y del recto desear. Estas actividades pagan
dividendos no solamente en el "más allá", sino en el
propio diario vivir.
La
Vida, tal cual ustedes saben, es una actividad de energía y
vibración—un recibir y un dar. Estamos constantemente recibiendo
la Vida Inmaculada a través del latido del corazón, y con igual
constancia, mediante nuestros pensamientos y sentimientos
individuales, estamos transmutando su cualidad a sea cual fuere la
expresión que dicte el estado de ánimo del momento, cuando la
totalidad de nuestros esfuerzos debería estar centrada en elevar la
cualidad de nuestra energía dirigiendo conscientemente pensamiento y
sentimiento puros a nuestra vida.
Frecuentemente
oímos decir, "oh, cómo desearía poder ver y sentir la
Presencia de los Ángeles". Verán, los Ángeles se parecen
mucho a los pájaros y al Reino de la Naturaleza en general, como el
cervatillo y el conejo o cualquiera de las delicadas criaturas que
representan al Reino de la Naturaleza. Si estudian la reacción de
estas pequeñas criaturas a la vibración, comenzarán a entender
cómo las pacíficas y delicadas vibraciones le permiten a un pájaro
descender sobre las manos de ustedes, o un cervatillo echarse a sus
pies; y es esta la misma vibración que se requiere para traer y
sostener la Presencia de la Hueste Angélica durante su meditación,
o como una presencia protectora en el hogar, o alrededor de las
corrientes de vida dé Aquéllos a quienes se sienten dedicados en el
momento.
El
cultivar ese sentimiento pacífico en sí mismos —que pueden
comprobar una y otra vez mediante la reacción del Reino físico de
la Naturaleza hacia ustedes— es auto-prepararse para convertirse en
co-trabajadores con el Reino Angélico y, así, contribuir en gran
medida a Su vertida de Amor y Luz a la gente de la Tierra. San
Francisco de Assisi podía atraer a cualquier criatura del bosque
mediante Su radiación de Paz, y por Su verdadero amor por estos
seres; y estaba constantemente rodeado por incontables miembros de la
Hueste Angélica quienes obedecieron Su comando en más de una
ocasión al proteger y sostener vidas, disolviendo plagas e
impidiendo tormentas de furia catastrófica.
Por
tanto, los individuos que pueden hacerse uno con la conciencia y la
radiación de la Hueste Angélica, podrían entrar al centro de un
tornado y devolver esa energía a la Paz; y tales personas
constituirán un tremendo poder en los días venideros. Tales
individuos serán también presencias comandadoras de Paz únicamente
a punta de radiación, teniendo un efecto aquietador sobre las
naturalezas turbulentas de aquéllos que contacten en el curso
ordinario de su diario vivir. Estamos dando inicio ahora a una
búsqueda a lo ancho del mundo por voluntarios, y consideramos, con
gran esperanza, que podemos entrenar a suficientes miembros del
Género Humano de manera que cuando las Hueste Angélica venga a la
encarnación en grandes cantidades, ya se habrán establecido centros
a los cuales Ellos naturalmente gravitarán por el aparentemente
natural curso de los eventos.
* Nota: En 1954 el Cargo de Mahá Chohán era ocupado por el Santo Aeolus.-
Fuente: Boletines Privados de Thomas Printz