Este blog, fue creado con profundo amor y está dedicado a los Mensajeros de Dios, la Hueste Angélica, que a cada momento de nuestra vida nos rodean, protegen y guían con su infinito Amor.-

24 de junio de 2015

24 DE JUNIO NACIMIENTO DE JUAN EL BAUTISTA

Hoy 24 de junio se celebra el nacimiento de Juan el Bautista, siendo el único santo cuya celebración se realiza el día de su nacimiento.-
Durante el reinado de Herodes vivía en Judea un sacerdote llamado Zacarías junto a su esposa Isabel.-
Ambos eran ya de edad muy avanzada y no habían podido tener hijos, lo cual según la tradición hebrea era visto como un signo de desagrado por parte de Dios.-
Un día mientras Zacarías oficiaba en el Templo, debió encender el incienso al Señor, según era la costumbre para la cual se dirigió dentro del Santuario, mientras el resto de la gente permanecía orando afuera en los patios.-
Una vez allí se le apareció un Ángel y le dijo: Tus oraciones han sido escuchadas Zacarías, tu esposa Isabel te dará un hijo y le pondrás por nombre Juan, será un gran servidor del Señor, pues estará lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre.-
Él abrirá el camino al Señor con el espíritu y poder del profeta Elías.- (recordemos que Juan el Bautista fue una encarnación anterior del Profeta Elías), el propio Maestro Jesús hará referencia a esto cuando sus discípulos le preguntan “No dicen los maestros de la Ley que Elías ha de venir primero? A lo que Jesús responde, eso ya lo sabemos el viene primero y deja todo reordenado, Yo les digo ya ha venido e hicieron con él todo lo que quisieron según ya estaba escrito” (Marcos Cap. 9 Versículos 11-13)
Pero Zacarías dudó de lo que el Ángel le decía y le preguntó:
¿Cómo puede ser esto si mi esposa y yo ya somos viejos?
El Ángel dijo: “Yo Soy Gabriel y he sido enviado para comunicarte esta buena noticia.-
Mis palabras se cumplirán a su debido tiempo pero tú no podrás hablar hasta que todo esto ocurra.-
Fue así que al salir del Santuario, Zacarías no podía hablar, por lo que todos pensaron que había tendido una visión.-
Al terminar el tiempo de su servicio en el Santuario, Zacarías regresó a su casa y tiempo después Isabel quedó embarazada.-
Seis meses más tarde el Arcángel Gabriel se le presentó a una joven vestal llamada María que vivía en Nazaret para anunciarle que ella daría a luz un niño, al tiempo que también le indica que su prima Isabel estaba embarazada a pesar de su avanzada edad.-
Entonces María decide ir a visitar a Isabel que vivía en una ciudad de los cerros de Judá la región de Judea, haciendo todo ese recorrido a pie.-
Se dice que cuando llega junto a Isabel y la saluda, ambos bebes se mueven dentro del vientre de su madre, e Isabel pronuncia lo que hoy conocemos como el Ave María “Bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre” a lo cual María responde con la oración que hoy conocemos como el Magnificat:
Mi alma canta la grandeza del Señor,
Mi Espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,
Porque Él miró con bondad la pequeñez de su servidora;
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
Porque el Todopoderoso ha hecho en mi grandes cosas,
¡Su nombre es Santo! Su Misericordia se extiende
de generación en generación sobre aquellos que le temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los poderosos de sus trono, y elevó a los humildes.-
Colmó de bienes a los hambrientos, y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, Su servidor, acordándose de Su Misericordia,
como prometió a nuestros padres, en favor de Abrahan.-

Finalmente nace Juan el Bautista y al octavo día al momento de cumplir con el rito de la circuncisión iban a llamar al pequeño Zacarías igual que su padre, según era la costumbre, pero Zacarías por medio de señas pide una tablilla y escribe en ella Su nombre es Juan y en ese preciso momento recupera el habla como el Arcángel Gabriel le había dicho.-

De la niñez y primeros años de juventud de Juan el Bautista no se conoce nada, se presume que al morir sus padres debió irse al desierto.-

Lo que sí se sabe es que comenzó su prédica en el desierto de Judea, alrededor de los 30 años de edad que se vestía con piel de camello y se alimentaba con langostas y miel silvestre y que venían a escucharlo de todas las regiones del Jordán allí los confesaba y los bautizaba en el Río Jordán.-

El desierto de Judea era una vasta región, situada al norte del Mar Muerto, justo donde desemboca el Río Jordán. Puede resultar extraño que el valle de un río sea llamado desierto, pero hay que tener en cuenta que ese último tramo del Jordán, antes de desembocar en el Mar Muerto, es una zona donde no llueve casi nunca, el suelo es infértil y ofrece al visitante un aspecto árido y desolado.

En la región de Betania, al otro lado del Río Jordán, era donde Juan bautizaba.-

Es importante aclarar que en tiempos de Jesús, habían dos regiones denominadas Betania; una cerca del Monte de los Olivos a tres kilómetros de Jerusalén y la otra al otro lado del Río Jordán que era un pequeño caserío ubicado a trescientos metros de uno de los brazos del Río Jordán y a quince kilómetros al norte del Mar Muerto, Justo a la altura de Jericó.

El sitio elegido por Juan para bautizar, era muy apropiado, porque allí podía encontrar un gran público.
Por ese lugar pasaba la antigua carretera comercial que, partiendo de Jerusalén (en el oeste), llegaba a Jericó, luego atravesaba el río, y continuaba hacia el este del Jordán. Por lo tanto, diariamente llegaba al lugar un gran número de viajeros y comerciantes, con sus productos y mercancías, que buscaban cruzar el río.

Juan entonces aprovechaba el nutrido tráfico de negociantes ricos, para apelar a sus conciencias e invitarlos a la solidaridad.
También allí, por ser el límite internacional del país, había cobradores de impuestos y aduanas, a los que Juan aconsejaba no exigir dinero de más. Y no faltaban los soldados que vigilaban la frontera, a quienes los exhortaba a no enriquecerse ilícitamente en sus acciones militares

Muchos judíos que pasaban por la zona no querían escucharlo, diciendo que ellos, por ser descendientes de Abraham, ya estaban salvados, pero Juan, señalando las piedras que había alrededor, les contestaba: "Raza de víboras, conviértanse. No anden diciendo: "Somos hijos de Abraham ", porque les aseguro que Dios puede sacar de estas piedras hijos de Abraham"

Ni siquiera el gobernador de la región se salvó de las críticas del Bautista. Un día en que lo vio pasar por allí con su caravana, le censuró públicamente su indecente matrimonio con la mujer de su hermano.

Cuando Juan terminaba de hablar, a quienes se comprometían a cambiar de vida los invitaba a bautizarse en el río.

Juan el Precursor, como se le llama a veces, cumplió la profecía de su padre que decía que prepararía el camino para la llegada del Mesías.
Mucha gente acudió a él para bautizarse en el río Jordán y creían que debía ser el Mesías, pero Juan les decía: Después de mí viene uno más poderoso que yo. Un hombre cuyas sandalias no soy digno de tocar. Yo os bautizo con agua, pero él os bautizará con el Espíritu Santo».

Un día Jesús fue al río Jordán para que Juan lo bautizara. Cuando Juan vio acercarse a Jesús, supo con certeza que el hombre que se encontraba frente a él era aquel cuya llegada había anunciado. «Mirad el Cordero de Dios que quitará los pecados del mundo», dijo. Entonces intentó evitar que Jesús se le acercara diciendo: «Soy yo quien necesito ser bautizado por ti. ¿Por qué vienes a mí?». Jesús sólo respondió que era necesario.

Jesús se bautizó, no por sus culpas personales, porque no las tenía, sino por pertenecer a un pueblo pecador y ser miembro de una comunidad que había cometido injusticias. No reconoció tener conciencia de culpa, sino conciencia de formar parte de la comunidad pecadora que fue a bautizarse ese día.

Después del bautismo, Jesús se levantó y caminó hacía la orilla del río. El cielo se abrió y Juan vio como el Espíritu de Dios descendía en forma de paloma para iluminar a Jesús. Se oyó una voz que decía: «Este es mi Hijo amado; en él me complazco».

En esa época, Galilea estaba gobernada por Herodes de Antípodas, el hijo de Herodes el Grande. Juan el Bautista había hablado en contra de él condenándolo por haberse casado con la mujer de su hermano, llamada Herodías.

Ella por su parte, estaba furiosa por la declaración pública de Juan el Bautista y quería que lo mataran, pero Herodes de Antípodas tenía miedo, conocía la reputación de Juan como hombre santo y solamente hizo que le arrestaran y encarcelaran.

Pero la ocación propicia se dio durante el cumpleaños de Herodes, este realizó un gran banquete para los nobles de su corte y fue durante el mismo que la hija de Herodías, Salomé, bailó la danza de los “Siete Velos”.

A Herodes le gustó tanto que prometió darle aquello que le pidiera.

Entonces la joven habló con su madre y volviéndose hacia Herodes le dijo que quería la cabeza de Juan el Bautista.

Incapaz de no cumplir con su palabra, Herodes envió a uno de sus soldados a la prisión con órdenes de volver con la cabeza de Juan.

Poco después trajeron la cabeza del profeta en un plato y se la presentaron a Salomé, quién a su vez se la entregó a su madre.-

Cuando los discípulos de Juan lo supieron fueron a recoger su cuerpo y lo pusieron en una tumba.

Juan el Precursor había pagado el precio de decir la verdad sobre las autoridades.









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