Este blog, fue creado con profundo amor y está dedicado a los Mensajeros de Dios, la Hueste Angélica, que a cada momento de nuestra vida nos rodean, protegen y guían con su infinito Amor.-

20 de septiembre de 2013

LUZ PARA EL CAMINO

Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles, llevando una lámpara de aceite encendida.
La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella. En determinado momento, se encuentra con un amigo, el amigo lo mira y de pronto lo reconoce. Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo, entonces le dice:
¿Qué haces Guno con una lámpara en la mano si tu eres ciego?
El ciego responde: Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí.
No sólo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan servirse de ella.


Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque aparentemente no lo necesite. 
Alumbrar el camino de otros no es tarea fácil. Muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos el camino de los demás. ¿Cómo? a través del desaliento, la crítica, la mentira, la deshonestidad, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento y la falsa amistad.
¡Que hermoso sería si todos ilumináramos el camino de los demás!

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